El expresidente Donald Trump anunció que, de volver al poder, impondrá un arancel del 30 % a las importaciones provenientes de México y la Unión Europea. Esta medida busca, según sus declaraciones, proteger a la industria y el empleo estadounidense ante lo que considera una competencia desleal. El anuncio ha generado inquietud en los mercados financieros y fuertes reacciones tanto en Washington como en el extranjero.

En México, sectores exportadores como el automotriz, agroalimentario y electrónico se verían gravemente afectados por esta decisión. Las cámaras empresariales han señalado que un arancel de esta magnitud pondría en riesgo miles de empleos y afectaría directamente al crecimiento económico nacional. En particular, estados fronterizos como Chihuahua, Baja California y Nuevo León, altamente integrados con la economía estadounidense, serían los más impactados.

La Secretaría de Economía de México respondió que evaluará medidas legales ante la OMC si estas políticas se implementan. Por su parte, la cancillería busca mantener abiertos los canales de diálogo con el gobierno estadounidense, recordando que México es el primer socio comercial de EE.UU. y que decisiones unilaterales podrían tener efectos contraproducentes también para consumidores estadounidenses.